¡Hola!
Os dejo con Claudia y con una receta magnífica:
Hoy os traigo una receta que triunfa entre los amantes del picante y la comida mexicana.
Estas croquetas son fruto de varios intentos de copiar el que era uno de mis platos favoritos en un restaurante mexicano que hay cerca de casa.
Cuando cambiaron la carta y descubrimos que las croquetas habían desaparecido, guardamos un minuto de silencio... y empezó mi búsqueda de la receta perfecta.
Es una receta simple, con poquitos ingredientes, pero os aseguro que todos los amantes del picante que la prueban, repiten.
Puede prepararse como entrante para una comida mexicana o como tapa para un picoteo. Os recomiendo que cuando invitéis a alguien a probarlas, os aseguréis de que vuestros comensales tienen acceso a pan y bebida fresquita porque los jalapeños son traicioneros.
Ingredientes:
1 tarrina de queso crema de 300 grs.
1 bolsa de quesos rallados para gratinar (si incluye queso cheddar mejor)
1 lata de jalapeños en conserva (los encontráis en la sección de comida internacional en grandes superficies)
Huevo y pan rallado para empanar.
Procedimiento:
En un bol grande, mezclamos el queso crema con el queso rallado, hasta que obtengamos una masa homogénea. Abrimos la lata de jalapeños, escurrimos el líquido y cortamos cada pimiento en 4 gajos, eliminando todas las pepitas. Usamos este tipo de jalapeño porque aunque encontráramos estos pimientos frescos en el supermercado, no nos valdrían para esta receta, pues el pimiento en crudo es muy duro y tendríamos que freírlos durante mucho rato, cosa que no puede hacerse con estas croquetas.
A continuación, cogemos una cucharada grande de la mezcla de quesos y colocamos un gajo de pimiento en el centro.
Envolvemos con dos cucharas, como haríamos con las croquetas tradicionales para darle forma a la croqueta sin necesidad de utilizar las manos y las pasamos por huevo batido y pan rallado. Repetimos huevo batido y pan rallado, para que al freírlas se forme una capa gruesa alrededor y no se abran, pues el queso se deshace al freírlas y con un empanado simple es más fácil que haya accidentes.
A parte del doble empanado, es recomendable meter las croquetas en la nevera por lo menos una horita antes de freírlas.
Freímos en abundante aceite de girasol o de oliva muy caliente, tienen que dorarse por fuera pero no hay que dejarlas mucho rato porque de lo contrario el queso se fundirá en exceso y las croquetas empezarán a abrirse. Si detectamos que alguna croqueta se está abriendo (lo notaremos por el ruido que hará el queso al tocar el aceite) la retiramos rápidamente.
Como veis en las fotos, las he servido acompañadas por una rica salsa guacamole y totopos, a parte de estar buenísimos, os ayudarán a darle un aspecto aún más apetecible al plato.Si os gusta la presentación de esta receta, no dejéis de visitar www.platopizarra.es, los artesanos que han realizado el plato de pizarra tan bonito que veis en estas fotos.
Espero que os haya gustado.
Un saludo,
Claudia
Pero qué riquísimas tienen que estar!!!!
ResponderEliminarMe encanta la comida mexicana y la comida picante en general también (sin pasarse)
Y las fotos están preciosas.
Muchos besitos preciosa.
Tienen que estar riquísimas! :)
ResponderEliminarBesitos
http://losaway.blogspot.com