lunes, 13 de noviembre de 2017

Mini pizzas fritas con salsa de tomate y parmesano

¡Hola!

De vez en cuando voy a casa de Claudia a desayunar y luego aprovechamos para hacer recetas y comerlas al mediodía. Esta es una de las recetas que hemos hecho hace unos días y, si la probáis, os encantará, ¡os lo aseguro!

Os dejo con Claudia, que es ella la que os va a contar como se hace ;)


Hoy os traigo una de las recetas estrella de mi madre, una de las maravillas de la cocina napolitana, fácil de realizar, versátil porque puedes darle rienda suelta a tu imaginación con toppings y rellenos varios: las mini pizzas fritas, también llamadas "pizzette napoletane" y en algunos lugares de italia "pizzette montanare".



Sé que al leer "pizza frita" muchos estáis pensando: madre mía, ¡menuda bomba calórica! Efectivamente, la cocina del sur de Italia no se caracteriza precisamente por la ligereza de sus platos, pero un día es un día ¿verdad?


Aviso: crean adicción y probablemente, si se las ofrecéis a amigos y familiares, empezará el acoso para que las volváis a cocinar cuanto antes.


Ingredientes para la masa (para unas 18 mini pizzas)
500 grs de harina
25 grs de levadura fresca (tipo levital)
3 cucharadas de aceite
1 cucharada de azúcar
300 ml de agua
15 grs de sal


Ingredientes para la salsa de tomate:
Un bote de tomate triturado
Un diente de ajo
Aceite de oliva
4 o 5 hojas de albahaca fresca
Una cucharadita de azúcar


Además vamos a necesitar:
Un paquete de queso parmesano rallado
Aceite para freìr



Procedimiento:

Antes de nada prepararemos la salsa de tomate.
Sé que lo más fácil es comprar un bote de salsa de tomate... pero no hay color, os aseguro que en este caso la diferencia entre una salsa casera y una de bote, se nota y mucho.

En una sartén con un buen chorro de aceite, ponemos a rehogar el diente de ajo pelado y entero, a fuego suave para que simplemente suelte su sabor, pero sin quemarse.
Cuando tengamos el ajo rehogado y tenga un color dorado, añadimos la lata de tomate triturado, las hojas de albahaca, sal al gusto y una cucharadita de azúcar.

Removemos bien y dejamos cocinar a fuego muy lento, tapada, durante al menos una hora.
Yo la suelo preparar mucho antes para dejarla cociendo hasta que termino de freir las pizzas, pues la salsa de tomate, cuanto más lentamente y más rato se cocine, más rica está.

Mientras nuestra salsa de tomate hace chup chup en la sartén, vamos haciendo la masa de pizza.
Para ello, desharemos la levadura en una parte del agua, templada, y añadiremos la cucharada de azúcar.

A continuación, colocaremos la harina junto con la sal en un recipiente lo suficientemente grande para poder empezar a amasar todos los ingredientes.
Añadiremos el resto del agua, el aceite y la levadura que habíamos deshecho previamente y empezamos a amasar con una cuchara.

Cuando todos los ingredientes estén más o menos integrados, enharinaremos una superficie de trabajo en la que podamos amasar, volcaremos la masa y amasaremos hasta que quede lisa y elástica.
Por supuesto también podéis usar una amasadora.

Una vez que tengamos nuestra bola de masa lisa y elástica, la dejamos reposar en un bol, tapada con papel film y un paño, hasta que haya doblado su tamaño (depende un poco de la temperatura ambiente de vuestra casa, yo suelo dejarla una horita).

Una vez que haya pasado el tiempo de leudado de nuestra masa, la volcaremos sobre la superficie de trabajo enharinada y la amasaremos un poco para que pierda parte del aire.
Después, iremos haciendo nuestras mini pizzas, separando trocitos de masa y estirandola con las manos para crear unos discos de unos 10 cm de diámetro. No tienen por qué ser unos discos perfectos, pues una de las características de estas pizzas es que tienen una forma irregular, muy rústica.

Freímos a fuego fuerte, en una sartén honda o en freidora, con abundante aceite (tened en cuenta que las pizzas no deben freirse sobre el fondo de la sartén, debe haber suficiente aceite para que puedan flotar), dejamos que se doren por los dos lados y las vamos colocando en una fuente forrada con papel de cocina, para que escurra todo el aceite en exceso.

Una vez que nuestras pizzas hayan escurrido el aceite, colocamos sobre ellas una cucharada abundante de salsa de tomate y espolvoreamos con queso parmesano.

Se comen templadas, pero frías también están muy ricas.



Consejos:

- La receta de la masa os servirá también para hacer pizza al horno, la pizza de toda la vida, grande o en formato mini pizzas, como estas que os enseñamos hoy, pero al horno. En ese caso, deberéis colocar la salsa de tomate sobre las pizzas antes de hornearlas.

- Podéis sustituir la salsa de tomate simple por la salsa que más os guste.

- También podéis hacerlas tipo calzone, colocando en una mitad de los discos de masa el relleno que queráis y doblando la otra mitad, tipo empanadilla, sellando bien los bordes para que no se nos escape el relleno al freír o al hornear.

- Esta receta es una buena opción "finger food", incluso las podéis hacer más pequeñas, para que se puedan comer de un bocado ¡imaginación al poder!


Esperamos que os haya gustado la receta y si la hacéis enviadnos alguna foto para ver como os han quedado ;)


Un besito y ¡feliz día!

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